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Reencuentro

Volver a hablar después de haber estado ausente tanto tiempo es como volver a caminar después de la silla de ruedas. No a aprender, sólo actuar. 

El tiempo es tan relativo, tan lejano e incontrolable. Y los aires, los que te reprimen hablar, son tu mismo, son tu misma, consumida por esas cosas que creías que importaban más. Pero ver todo dejado de lado, pues los meses son una vida entera, y una vida es un desperdicio de tiempo si se desaprovecha.

Y es así, tantos relojes y manecillas en desperdicio, tantas palabras encerradas que por fin corren. Míralas.


Me quedo, me acuesto y pienso que sería. Como sería todo si cambiara mi rumbo, si diera vuelta la página, si nunca hubiese dado vuelta la anterior para encontrarme con esta. Un flashback que borrara todo, lo bueno, lo malo, lo innecesario. Y todo es tan confuso y diferente.


Un suspiro de vida, de encuentros, de aventuras, de juventud. 

Como sería no arrepentirme... pero ya es tarde, ya lo hize.
Nuestro adiós definitivo (nº3)
Nunca sabré en realidad como comenzar a decir un adiós ni tampoco como terminarlo, es todo un desarrollo sin fin. Lo siento si nunca supe como decirlo todo, ni como expresarlo todo, ni como darme a conocer a mi misma. Supongo que uno sólo se conoce a sí mismo, uno nunca da a conocer su verdadera identidad. No me pregunto cómo será el día siguiente, ni las semanas ni los meses. Es todo hoy o nada. Ambos, el mundo, todos sabíamos que este día llegaría, mas lo aplazamos. Escribí un dibujo con toda nuestra eterna vida, dibujé las páginas escritas de palabras inservibles. De nada sirvieron.

Lo siento si no sé como decir adiós, es todo lo que tengo, espero que el día que descubras mi dibujo no sea tan dificil decifrar sus letras. 
Ser jóven en todos sus sentidos, ¿cuándo esto se nos irá de las manos con el tiempo? La energía salta y fluye por nuestro cuerpo y nuestro alrededor. Contamos las horas para salir, para reirnos, para drogarnos, para amarnos, para sentir odio, pena, cariño, impotencia, alegría y éxtasis.

Esta es la única vida que tenemos, no salimos del cascarón ni nos lanzamos a lo laboral, el mundo es bohemio y es nuestro. No dejemos de sonreir. Nuestra alma está hecha de escudos insensatos y nuestras neuronas de contaminación.

No es nada sino la vida, nos queda mucho aún... pero luego se van, los momentos se van, las alegrías se van, se escapan, nos hacen adultos, crecemos, ¿maduramos? Nos amargamos. No, no dejemos que acabe. 

"Hola, somos los adolescentes eternos".
Agua que no has de beber...
Niegas tu esencia de bella persona quebrando todo a tu alrededor, incluso aquellas cosas que parecen ser inquebrantables tu haces que aflore su oscuridad. Yo por mi parte, observo. Intentas demostrar una fuerza sobrestimada, que probablemente está mas lejos de lo que crees. Yo por mi parte, observo. Arrancas las flores del jardín de una niña pequeña, diciéndole al mundo que sólo a ti te importas. Y yo por mi parte, ya no siento.

Y tu niña pequeña que se rompe y llora, se siente culpable y por tanto calla. Regadora de la hiedra, arranca de su jardín los lirios y hace de este un cementerio acalado.

Pequeña muerte, pequeña insensibilidad, querida, pequeña, querida, adorada, querida, perdida. Yo por mi parte, te dejo correr.
El adiós nº2
Creo que un saludo no es el mejor comienzo para una despedida. Adiós, este será mi "hola". Les escribo, lo siento, para despedirme. No lo sabían, lo sé pues ha sido una especie de mala sorpresa para todos, incluso para mi. Ha llegado aquel día de cortar palabras y no volver a cruzar miradas.

Es triste saber que jamás volveremos a vernos ni a decirnos nada, son tristes las despedidas definitivas. Lamento haber escogido el medio más cobarde, creo que es algo que nadie jamás entenderá, ni tampoco el por qué de este adiós.

Decidí irme, dejarlos de lado fantasmas míos, todo para alcanzar mi libertad, mi egoísta y alocada libertad.
Tu mirada se desata en mi cuello, tu sudor en mi piel y tu respiración en el ambiente. Cuéntame como se siente, cómo es que sientes aquello que jamás sentiré. Te apasiona mi cuerpo, me apasiona tu boca. Es el deseo de jamás perdernos, de no perder aquello que nos une, eso que si desaparece hace perder todos los sentidos existentes en la mente.

Un par de manos entrelazadas que se hacen una, algunas palabras guardadas que no son necesarias, todos y cada uno de los sentimientos en el aire, en su perfecto aroma concentrado en nuestras narices desenfrenadas. 

Las paredes se consumen alrededor del paraíso, se hacen nada y, mientras tanto yo pienso sin parar mil cosas que mi cabeza no resolverá jamás, y bueno tu, ¿tu pensarás? Es bueno tener dudas sin respuesta, es buena la intriga eterna, es lo que hace esta intensidad interesante, es aquello que nos ayuda a perdernos profundamente, fugazmente, es algo más allá de nosotros, es algo más allá de todo.
Salida de emergencia
Cariño, ¿para qué construirnos estas barreras? El mundo nos espera de la mano, el mundo no nos importa. No intentes encontrar cerros invisibles ni menos construirlos, pues pase lo que pase estaré aquí para derribarlos. No te mientas, no trates de engañarte ni de engañarme, somos lo bastante listos como para no caer.

Cariño, no caigamos más, ¿no ves acaso el abismo? Está a pocos centímetros de nuestros ojos. Te pido no volvamos a caer, te ruego no rompamos este lazo.

Cariño, ¿sientes cómo todo se desmorona? Dime si ves aquella luz que nos puede salvar, esa que se esconde en nosotros, en tí y que no quiere salir. Espero que no la dejes escapar pues, cariño, esa luz eres tu, yo soy tu pantalla. Cariño mío, no la dejes escapar.

"Tu orgullo es una sombra, tus sonrisas son el sol".
Oscuridad
Tan bella y pura, tan sincera y misteriosa, confidente de noches apasionadas, es para mí el más espléndido momento del día, eterna inspiración.

Secreta, tantas cosas por descubrir, tantos caminos por ahí que se ocultan, que deben ser vistos pero se cubren de una curiosa sombra. Todo lo hace más interesante, eleva la intensidad, la vida y el ser.

Oscuridad amada, quisiera dormir de día y no perderme un solo segundo de tu esplendor. Oscuridad callada, me susurras en secreto tus pensamientos en mis sueños, entonces llegamos a ser una sola tú y yo. Oscuridad traviesa, te ocultas detrás del sol, te escondes tras mi espalda y me haces esperarte ansiosa para retomar nuestras horas juntas. Oscuridad preciosa, tus brillos estelares son solo parte de tu belleza, abrázame en tu manto de tinieblas y hazme volar por tu noche. Oscuridad poderosa, somos una en tu grandeza.

La luz revela, tu escondes, guardas mis secretos para siempre en tu inmensidad. No te alejes reina de mis palabras, hagamos un eclipse con tu esencia, consumamos estos años sin luz.
Renacer
Hoy sigo enamorada de la vida, y aún así le critico cada tropiezo que me otorga. Vida, debería agradecerte los pasos a favor, pero suelo ver siempre el punto negativo del asunto. Vida, ¿por qué he sido tan injusta contigo?, ¿cuándo dejamos de ser amigas? Vida, vuelve a mi, extraño la dulce brisa de tu caricia de felicidad.

Recuerdo pocos años antes en los que la vida (corta vida) sonreía en mis ojos, y al verlos la gente creía que eran de un color atípico, siendo que en realidad no había color alguno. Del aire de mis pulmones se oía una suave melodía de ritmo constante e incesante, y de mis manos fluía el calor del sol y la pasión de sentir con ellas la vida.

Olvidé el tiempo en el que cambié mi tierra de arcoiris por un grisáceo asfalto y me volví fría, dura, cruel, parte de la sociedad.


Estoy volviendo y ella también. El mundo me robó tu esencia, no, yo culpe al mundo de perder tu esencia y no me permití ser libre. Vida, vuelve a mi, anhelo recuperarte.



"De capullo y flor, del nuevo comienzo, un Renacer".
Nuevo mundo
Desperté de un sueño que no era mío, dónde no aparecía yo. Debía escribir sobre eso, supongo. Era tan hermoso ver lo que soñaban otros, mientras yo me hundo en pesadillas inexistentes de mi mente descolocada. Era tan bello sentir las cosas más puras de la vida (de otra vida) en mi misma, y hacerme creer por un momento que era yo quién las vivía. Pero, ¿quién era yo en ese sueño? Sólo veía lo que pasaba, no vivía esa felicidad, la presenciaba. Pero era tan hermosa.

Doy vueltas por mi casa preguntándome por qué tuve que presenciar eso, que parte de mi vida, de mi conciencia tenía esos sentimientos tan puros e inocentes. Deseé ser alguno de ellos, de quienes vi en mis sueños, en algún momento, meterme en sus vidas y soñar cada día lo que se sentía en ese momento, o simplemente sentirlo siempre, amar, vivir, viajar por el mundo sin preocupaciones, feliz, prósperamente. Vivir la experiencia de otra vida, conocer otro mundo, otra perspectiva de un sentimiento de felicidad.

Espero algún día volver a ese sueño, adentrarme en ese mundo para conocerlo mejor, y hacer que algún día tú vuelvas a él.
Manos atadas
La soga de mi espalda cada vez me aprieta más las muñecas. Trato de buscar el camino correcto, cada vez falta menos, ¿qué hacer? No puedo escapar de mi destino, no puedo elegir el camino fácil, no puedo seguir pensando. 

La ayuda venció el orgullo, el orgullo consumió el sistema. Sigo de manos atadas, terminando con mi vida y con mis metas. Quiero escapar, quiero volar como en mis sueños, ir a aun lugar donde nadie me encuentre, donde todo lo olvide y donde sea olvidada. Pero la vida es más cruda, más real y más sincera. 

En este momento quiero gritar, pero mi voz y mis manos aún atadas y yo, yo aquí sin poder hacer nada. Me puedo ocultar en mis sábanas, hasta que se acabe el aire, hasta dejar de respirar.
El adiós nº1
Aquel día me contaron que debía despedirme de tí. Debía improvisar, ¿cierto? Fué como verte ahi llendote lentamente. ¿Un adiós o una decepción?

Pensé "¿acaso puedes despedirte de una persona a la cual vagamente has saludado?", pues nos hemos saludado como dos extraños, dos desconocidos que se abrazan como si se conocieran pero no es así, ¿lo sabes?. Lo sabes. Luego seguí maquinando mi despedida, los ojos del alma se me llenaron de lágrimas, entonces fluyeron las frases, las palabras, las puteadas, las lloriqueadas y más que nada, la imaginación de algo que vivía continuamente en mis sueños y mi mente. Mi mente y mis sueños; mi mundo loco y ficticio. Y comenzó:

Sentado en una silla, mudo, como atado a aquel objeto por ti mismo, por tus mismas impulsividades; sabías el por qué de mi llamada. Te lo has imaginado, debe ser acaso esa conexión Piscis-Virgo que tenemos desde el día en el que llegué al mundo. ¿Por qué ocultarnos tanto? ¿Por qué el amor no vence las barreras de nuestro orgullo?, ¿o el miedo? 

Apoyando mis manos levemente en tu silla te conté como si nada el viaje eterno y clandestino que iba a emprender, y tu ahí, sentado. Me puse en frente de tí y te dije que jamás volveríamos a hablar, de ninguna manera, que te olvidaras de que alguna vez nació aquel pedazo de tí, que me dieras por muerta, y tu ahí, sentado y cabizbajo. Me inqué y tomé tu fría mano fingiendo que no sabía que me escuchabas. Al levantar la cabeza, con los ojos del alma llorando tal como yo cuando comenzé a imaginar la historia, me preguntaste en qué te habías equivocado. Respondí que en todo. Tomaste tus cosas y sin abrazo, beso o palabra alguna te fuiste, pero antes de cerrar la puerta te volteaste con una mirada de adiós.

Pretendías no entender, pero ambos sabíamos que en tí estaban todas la respuestas, y las preguntas, y los caminos; ayer, hoy y siempre. El silencio otorga. Tu silencio otorga.

Y entonces confesé a mis compañeros "lo siento, no puedo". No comprendieron. Tampoco yo.   
Big Hand
Antes de comenzar predije la gota que recorrería mi mejilla. Y comencé. Fue inevitable.

Me fui a mi casa con mis manos ensangrentadas en sentimientos e ilusiones confusas, las miraba y no sabía cómo, ni con qué las escondería. De a poco dejé de darle importancia. En mi desesperación empecé a caminar sin saber que hacer, ni a donde mirar, ni siquiera sabía que pie poner antes que el otro. Sentía las miradas en mí, las nubes del cielo me rodeaban y me tapaban la visión de mi camino; era como si algo enorme, mundial e importante estuviera en mis manos. Pero mis manos estaban ensangrentadas, ¿cómo entonces dejarían en mí algo tan frágil? Tuve que asumir el cargo de las cosas.

Me acordé de mi amigo ocasional, aquel que me consuela cada vez que algo ocurre, pues solo en esas ocasiones lo recuerdo. ¿Quién será? No eres tú :)
Has gritado tan fuerte hasta ahogarte en tu oasis, tu triste, tierna y tonta soledad, donde te encierras en lo que te oscurece hasta perder la razón, y razones tengo muchas para pensar que el tiempo que tome en comprenderte fue perdido, pues aunque suene extraño tu tampoco te entiendes. No sabes quien eres ni quien serás, y el tiempo es tan corto, tan efímero, ¿te has dado cuenta?; no sabes que quieres ni a quien quieres, y crees tener la razón en la lástima de tus lágrimas, cuando tu alma se destroza y tu ego oscila sin control.
Al cabo de unos pocos minutos abrí mis manos y en ellas ví devuelto aquel objeto que obsequié sin pensar, ciegamente, como siempre ha de ser. Mis torpes manos lo afirmaban con agonía y mis ojos lo bañaban en lágrimas de desesperación. Creo que ésta era en verdad la primera vez que sentía que perdía algo que me pertenecía, algo que estaba dentro de mi, a pesar de no haber causado aquel hecho. Era como un pez fuera del agua, poco a poco agonizaba y yo no sabía que hacer ante esto. Me desmayé. Desperté con mis manos ensangrentadas, cuya sangre contaba con un aroma a dulce inocencia.

No se si el dolor provenía del pasado o del presente en el cual, yo personalmente reprimía todo hacia mi persona. Me creí ciega y me cegué aún más. Traté de abrir mis ojos, observé mis labios rojos que incautos en su esencia reprimían mi río audaz de pensamientos, callaban en mi todo lo que se volvería paz interior.

De pronto todos eran iguales. No habían diferencias de personas, todos eran idénticos ante mis ojos, ¿mis ojos acaso podían ver? La palabra excepción me parecía más ireal que la perfección, mas en mi constante lucha por ser perfecta volvía todos mis esfuerzos en vano. 

¿La culpa? La culpa no existe, lo errores ocurren, y algunos son seres humanos.
Manos vacías
No dejo de pensar en Damián desde aquel día. En él, que ha estado en mi desde antes de nacer, inerte, pero ahora es todo y único, y eso me encanta. Damián, lo digo y lo pienso, lo pienso y me río, y eso está mal, no corresponde. 

La semana pasada me llamó, algo totalmente inesperado en él, y me dijo que quería verme y que lo visitara pronto. Ni siquiera tuve que pensarlo. Los nervios me gobernaron, por lo que llamé a una amiga para que nos acompañase ese día. Ridículo, ¿no? Él no esperaba verla a ella, y al parecer la idea no le agrado bastante, pero en su natural gentileza no fue mas que educado con ella.

Se acostó junto a su hermano en el pasto de algo que suponía ser una plaza, y ambos parecían totalmente relajados, como a minutos de haber fumado hierba; entre tanto, mi amiga y yo hablábamos con su madre. El contexto no era el correcto. Huí con la excusa de volver al día siguiente, y así fue.

El camino a su encuentro no era más largo que mis maquilladas, peinadas y constantes cambiadas de ropa antes de salir. Pensando en aquello, llegué. Me abrió la puerta con su bella y natural sonrisa. Hablamos extensamente ese día; me contó las cosas que hacía a diario, lo que estudiaba, de sus amigos, y otras cosas a las que no debí haberles puesto atención en mi embobamiento con él. Yo por mi parte no hablé demasiado, preferí escucharlo a él, me encantaba tanto hacerlo que en ocasiones lo imagino en mi cabeza. Me dí cuenta de la nostalgia en su voz y rostro, por lo que quise subirle el ánimo para reencontrar su sonrisa.

Comencé a hacer dibujitos infantiles y tontos para él. Al verlos sonrió tiernamente. Nos sentamos frente a frente, yo lo miraba y el escribía para mí las cosas más bellas y tiernas que finalmente me hicieron sonrojar. No quise mirarlo, pues me avergonzaba el hecho de que inspirara su romanticismo en mí, tanto como me aterraba el disfrutar un momento que jamás debió haber pasado. Sin embargo, no detuve mi felicidad.

Subimos las escaleras de su casa y llegamos a su habitación, donde nos sentamos en su cama a mirarnos de una manera indescriptible con palabras. Un flashback atravesó mi mente con el recuerdo de que había vivido eso con otra persona y lo había olvidado, no era nada para mi aquello en ese instante. Nos acercamos, pero no ocurrió nada más allá de respirar el mismo aire.

Al oscurecer me fue a dejar a mi casa. Me dijo que no me dejaría entrar sin antes obtener lo que había esperado todo el día, y acercó sus labios a los míos cerrando sus ojos y sonrojandome de nuevo. Quise seguirle el juego, pero me detuve. Tenía mis valores. Le dije que no era el momento, que deseaba estar con él tanto como él conmigo pero habían temas que no tenía resueltos; bueno, le dí mis razones entré lágrimas y culpa, y pareció no entender, pues sin decir nada, luego de escucharme simplemente se fue con aire de humillación.

Al estar acostada en mi cama medité los hechos, y aún lo hago, pero la duda es el "porqué". Bueno, después de todo, sólo fue un sueño.


"Apareces cuando menos lo espero y te alejas cuando menos lo quiero". 
Te preguntas donde estás. Tu garganta es recorrida por un sabor ácido. Tus ojos estáticos comienzan a agrandar sus negras pupílas. Las luces, los movimientos, la música incesante. Pestañeo leve. ¿Aún más? Concentración. Aún más. No esta tan mal. Alucina. Saltas y corres, corres y saltas, gritas, quieres quedarte aquí por siempre. No sabes si es la realidad, o imágenes confusas y locas. Los sesenta. Colores en movimiento, colores y movimiento, y las cosas caminan a tu alrededor.

En ese frío balcón sentiste que podías volar, pero no. Algo te devolvió. ¿Sentido común o sentido? Quieres volver a los colores, las luces, las curvas en movimiento, la música lenta y alocada. "¿Cómo lo harás?". Piensas, actuas y te pierdes a ti mismo. Comenzemos de nuevo la alegría descabellada.
Cuerpo de manzana, ¿el fruto del mal o el de la sabiduría? Se interpuso, o acaso ¿me interpuse yo? Tal vez esa sería la respuesta a mis constantes dudas existenciales, tal vez debí haber hecho menos cosas vanas, pero lo hecho hecho está. Pues bien, gracias a eso y más serán mis dudas existenciales eternas, independiente de lo sucesos que provengan.

La dignidad es cosa perdida por escuchar a voces ajenas, más que por caer otra vez por las mismas razones, y aún así cada uno en sus zapatos en un silencio que con miradas sospechosas dice todo.

Dilema. Los celos o la envidia. Los celos son aquellos sentimientos que fluyen cuando una persona está con quien quieres estar o con quien crees que te pertenece de una manera que no te agrada, o sientes que te quita algún lugar. La envidia en cambio, es ese profundo rencor hacia alguien que tiene algo que tú no. Entonces, si después de tanto tiempo, tantas cosas, tantos momentos aún no hay satisfacción, ¿hay algo que falte, digo, que en lo otro se encuentre? ¿Celos o envidia?

Es simple rencor; rencor al egoísmo, al individualismo, al ego, a todo aquello que se piensa mejor y me pisa, rencor por todo. En fin, rencor, eso es todo.

  
"Dentro de tu supuesta belleza, se esconde un vil gusano".


Martes 13
Me sentí sin el derecho de darme el derecho a algo, ya lo había hecho unas cuantas veces y no había resultado del todo bien. La ironía de las cosas realmente no me fortalecía. De pronto todo se hizo un camino constante y circular, aún cuando el término ya había tomado lugar. 

Caminar por las calles sin sentir los pies ni el asfalto al dar un paso, tratar de dejar de respirar inconscientemente pero seguir viviendo, dejarse caer sobre espinas de algodón que te ayudan a ponerte de pie; tal vez no es todo tan malo, tal vez simplemente no era la hora.

Me sentí con tanto poder (cómo amaba esa sensación), que en mi cliché todo se escapó de mis manos, mi reino de egoísmo se hundió junto con mi ambición y bueno, creo que es así como terminé aquí. Determiné el fracaso desde el principio y lo expandí hasta el final. Fines egoístas.

Torpemente volví a sentir el suelo en mis pies y mi peso sobre ellos, entré a mi realidad, la de antes, la antigua soledad que extrañaba, aquella que al fin y al cabo no es tan mala.
Confusión de una noche, lentamente.
Porfavor, comenzar a leer con la reproducción de la pista :)

 

Me sigo preguntando si aquel día fué real, si mis visiones eran ciertas, o no era más que una típica paranoia acomplejandome. Me senté en un sillón cuyas cualidades recuerdo vagamente, más bien simplemente recuerdo como me hundí en él, cerré lentamente mis ojos inspirando una de mis mayores penas en la vida, y cuando las notas comenzaron a sonar pude vernos otra vez. 

Fue un momento tan corto, tan efímero, tan maravilloso, tan distante. Fue todo tan hermoso, fuerte y abstracto como lo es nuestro lazo. Atravesé mis 17 años en 228 segundos, pero todos mis momentos contigo, como la primera vez que me tomaste en tus brazos, me sonreiste y me saludaste, y hasta tus últimas ganas de sentarte a pedirme que me quedara contigo estaban presentes como en su más vivo minuto.

De pronto todo se trasladó a una carretera, en donde viajábamos los 2 solos en tu auto de noche, y yo me divertía viendo las luces nocturnas de los faroles, las estrellas, la luna, las casas y más autos. Pero existía un silencio, nuestro silencio permanente que he temido y temeré de por vida. ¿Sabes acaso que es lo que nos une? Es algo mas fuerte que la sangre; lo siento, lo sientes, lo sabes.

En un momento tomaste mi pequeña y blanca mano, me hiciste una pregunta, muy distinta a las que tus ojos exclamaban. Sí, suelo fijarme en los ojos, la miradas son sinceras, más que las bocas y los abrazos. 'Abrázame, vuelve lentamente, sé que nos queda una salida de esto'. ¿El orgullo era más grande?, ¿o acaso la vergüenza?

La carretera nocturna parecía no tener fin, mi visión parecía tan larga como los años que aún me aguardan, pero fue tan corta como el largo de la melodía, pero tan sinceras como mis palabras en cada letra. Al despertar me sentía tan drogada e ida como en mis sueños, tal vez exageré y todo fue efecto de eso. Tal vez ambos nos vimos en ese momento, o tal vez ya dejaste de existir. ¿Quién sabe?

Sé que estás pero no sé donde, se donde pero no se por qué, y se por qué pero simplemente odio esa razón. ¿Me escuchas cuando te hablo?, ¿o es que acaso solo me miras con tristeza? Se te ha olvidado recordar que me iré aún más lejos, y tu aún más lejos de mí, no nos quedarán segundos para convivir, para conversar, para amarnos y pedirnos perdón, para aprovechar todo ese tiempo que perdimos en vergüenzas y orgullos. 

Comenzé a llorar, pues mi sueño se hacía cada vez mas lívido y te sentía más cercano que nunca, como nunca lo habíamos estado. Me gusta pensar que me acompañaste en ese momento, me gusta mirarte y creer que tu también lo recuerdas, me gusta imaginarme tantas cosas que no son ciertas. 

Sé que aún me esperas, sé que siempre lo haces, sabes que sé todo de ti, aunque conoces la más vaga parte de mí. Volverás, lo sé, algún día. Aquí siempre estaré con mis brazos abiertos.


 
 
Me

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