
La ayuda venció el orgullo, el orgullo consumió el sistema. Sigo de manos atadas, terminando con mi vida y con mis metas. Quiero escapar, quiero volar como en mis sueños, ir a aun lugar donde nadie me encuentre, donde todo lo olvide y donde sea olvidada. Pero la vida es más cruda, más real y más sincera.
En este momento quiero gritar, pero mi voz y mis manos aún atadas y yo, yo aquí sin poder hacer nada. Me puedo ocultar en mis sábanas, hasta que se acabe el aire, hasta dejar de respirar.